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Amor bendito de mi corazón,
nostálgico corazón sin ti.
Sin ti mi corazón reprime su presuroso caminar.
Viaja apresurada la soledad, el olvido,
el recuerdo, la tristeza, la pasión...

Tranquila soledad.
Triste olvido.
Anhelado recuerdo.
Dolorosa tristeza.
Prohibida pasión.

Pasión de dos, amándose en silencio
Dos locos desafiando al destino,
a la realidad, al tiempo, a la locura...

Equivocado destino.
Distorcionada realidad.
Injusto tiempo.
Divina locura.
Locura divina de dos...

Nadiuska González

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Nació en Chile. Su nombre auténtico era Neftalí Ricardo Reyes, pero debió crear su seudónimo para poder publicar, ante la oposición se su padre a su vocación literario. Escribió más de treinta libros de poemas y, en 1971, obtuvo el premio Nobel de Literatura.
Su tránsito por la literatura dejo huellas tan profundas como las de Rubén Darío y César Vallejo.
Su producción literaria es punto de referencia indiscutible, aún cuando sea blanco de críticas por su postura ideológica. Su obra se inicia con Crepusculario (1923), y alcanza la fama con Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), donde la temática amorosa de tono melancólico se vierte en versos de lograda construcción.
Entre sus obras se encuentran: Residencia en la tierra (1933), Odas elementales (1945, 1955 y 1957), Estravagario (1958).

No cuesta nada, pero crea mucho.

Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan.

Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para siempre.

Nadie estan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficio.

Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.

De modo que si usted quiere gustar a los demás la regla es: SONRÍA.

Salvador Garmendia.(1980). Como ganar amigos e influir en sobre otras personas. Bogota: Ediciones Cosmo.
Como cálidas aguas del mar
sumergiéndome en ti voy,
nadando en tu sudor, mi piel entre tu piel va
bebiendo el fruto de tu vientre
y cuál mar contra arrecifes estallas
en olas de amor vienes y vas
y allí quiero vivir, metido en tu dolor
y cada vez quiero más
quedarme dentro para siempre
hundido en ti eternamente.

Y así, mi piel fundiéndose en la tuya
cual suave roca entre ardiente lava
del mar de tu cuerpo quiero
beber hasta tu última gota
derramándome en ti, desembocando en tu mundo
llenándote de torrentes de amor y placer
siento que el fondo estoy tocando
dentro de ti al éxtasis llegando
y cuando creo llegar, quiero volver a empezar
no me puedo detener.

Julio Rojas.


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